Hoy estrenamos sección dedicada a los juegos retro. Esos juegos del pasado que la vida, tus circunstancias o simplemente las ganas de jugar traen de vuelta de los baúles del trastero a tus manos. Porque en el fondo, por muy simples que fuesen - y no es tontería decir estoy hoy en día, que parece que solo los gráficos y las resoluciones importan - nos hacían pasar horas y horas pegados a la consola y pasándolo pipa.
Me he decidido por este titulo porque es uno de los juegos de Game Boy a los que más horas dedique en mi infancia. Y eso que no tenía la portátil de Nintendo. Recuerdo perfectamente como llegar a casa de mis primos era toda una fiesta - no solo por verles, está claro - sino porque podía hacer uso indiscriminado de aquella consola sin tener que preocuparme más que por la duración de las pilas.
Pues metámonos de lleno en el argumento del juego protagonizado por el fontanero bigotudo más famoso de la historia de los videojuegos. En esta entrega, situada inmediatamente después de Super Mario Land, nos presenta un nuevo antagonista. Este personaje no es otro que Wario, el hermano malvado de Mario - o siempre lo hemos considerado así por su gran parecido con él. Su ambición le lleva a lanzar un potente hechizo sobre las tierras del Reino Champiñón para hacer que los habitantes crean que Wario es su líder y vean a Mario como una amenaza para la paz del reino.
Ahora Mario deberá recorrer las tierras en busca de los lideres de cada zona para conseguir las 6 monedas de oro que le abrirán el camino hacía el castillo de Wario y poner fin a su maldición para poder restaurar el orden y la paz.
Creado por Gumpei Yokoi en 1992 - año que recuerdo con cariño por nuestra ilustre Expo de Sevilla - partía de una base similar al primer Super Mario Land con unas cuantas mejoras que aportaban frescura al juego. Estos cambios, como poder avanzar de izquierda a derecha en un nivel para volver atrás, recordaban a su predecesor, Super Mario World, y lo hacía más dinámico que la primera entrega de la saga Mario Land.
Además el aspecto creativo del juego enseñaba unos personajes y escenarios más trabajados y más ricos en detalles. Tanto los personajes, como los enemigos y los power up tenían un nivel de definición que te permitían distinguir bien lo que estabas viendo y no tener que intuirlo como en otras entregas. El desarrollo sigue siendo lineal pero se añade una salvedad muy importante, y es que permite guardar partida. Realmente utiliza un sistema de "checkpoint" pero que ya era mucho más que el anterior Mario, que había que pasárselo de un tirón.
Cada una de las áreas del juego estaba tematizada. Algunas de ellas eran la Tree Zone, Macro Zone o mi favorita, la Pumpkin Zone. Está última estaba basada en una ambientación de Halloween y contaba con un personaje la mar de curioso. En un primer momento yo pensaba que era una especie de fresón asesino, pero conforme han pasado los años me he dado cuenta de que estaba equivocado. No se trataba de otra cosa que un goomba - las conocidas setitas con cara de pocos amigos - con una mascara de hockey hielo y un cuchillo clavado en ella. Sin duda se trata de un claro homenaje al protagonista principal de la saga Viernes 13, Jason Voorhees.
En el campo de los power up, las principales novedades son tres. En primer lugar una zanahoria- esta dota a Mario de unas orejitas de conejo muy "kawaii", que nos permite planear unos metros a base de dejarnos el dedo en el botón. Segundo la burbuja, que se activa automáticamente en algunos escenarios y que se maneja de manera parecida a la zanahoria. Para acabar probaremos un magnifico traje espacial, que nos permitirá hacer unos saltos enormes y prolongados por efecto de la gravedad cero de los escenarios. Este último se usa casi de forma exclusiva en la zona espacial, usándose de manera automática.
Super Mario Land 2 ofrece jugabilidad directa y plataformeo puro, ideal para aquellos que buscan emociones perdidas en los archivos de la historia de los videojuegos. No es tan difícil como puede ser un Dark Soul - otro día hablaremos del padre de estos juegos que ahora llaman "Soulslike" con un peso pesado - pero desde luego hay muchos niveles que requieren mucho esfuerzo y tesón para poder superarlos. Incluido el enfrentamiento final con Wario.
Desde aquí os recomiendo este juego tanto a jugadores modernos como a aquellos que ya tienen unos años de trayectoria. Estoy seguro de que esta pequeña joya de Game Boy hará las delicias de los auténticos fans del genero y de los videojuegos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario